María Esmeralda Beltrán nació en la Vereda La Morada de Caparrapí Cundinamarca, el 17 de Junio 1973, fecha que en Colombia por primera vez se celebraba el día del Padre. Hija mayor de 3 hermanos, toda su infancia vivió en el campo, rodeada de animales y cultivos propios de esta región, así como su amado clima característico de la provincia de Rionegro.
En su adolescencia, como muchas jóvenes de la época conoció la capital de nuestro país donde cambió su ambiente rodeado de naturaleza por casas urbanas de familia, donde a pesar de su corta edad y precarios salarios, debía trabajar para sostenerse y pagar sus estudios. En la misma ciudad conoce al padre de su hija mayor, Alejandra, quien ahora es una joven disciplinada que estudia Lenguas Modernas y uno de sus grandes orgullos. Después tuvo la oportunidad de terminar el bachillerato y trabajar durante más de 10 años en una fábrica de partes eléctricas para motos, que además es una de sus pasiones. Luego de 17 años de convivencia toma la valiente decisión de separarse y regresar al campo, pero esta vez al municipio de Ubaté donde para entonces residía su madre. Allí se ha desempeñado en diferentes labores trabajando en panaderías, supermercados, oficios varios y casas de familia, además se dio una nueva oportunidad en el amor con su actual esposo, unión de la cual hay una hermosa niña, Sofía de 3 añitos.
Debido a la escasez de oportunidades laborales, hace 2 años inició su propio proyecto de emprendimiento “Huevos Santa Sofía” en su casa ubicada en la vereda Agua Colorada. Apoyada por su hermana Sonia Beltrán, iniciaron con 150 gallinas, y a pesar de la difícil competencia contra la gran industria y costos de producción, han logrado crecer teniendo a hoy más de 250 ponedoras. Ahora en sociedad con Maribel Viviana Cortés, otra emprendedora madre de dos hijos y habitante de la vereda Chircales cuyo esposo apoya con el transporte, ofrecen no solo en sus veredas, sino en todo el municipio, huevos orgánicos libres de agentes químicos u hormonas para mejorar la alimentación de las familias de la región.
Así, Esmeralda es la representación de las mujeres campesinas guerreras y luchadoras de nuestro país, que no solo trabaja arduamente para sacar adelante a su familia, sino para hacer posible que los colombianos tengamos en nuestra mesa alimentos sanos y bienestar, incluso en medio de la crisis provocada por la pandemia Covid-19
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